Antonio es un hombre de 62 años, sin ningún vínculo familiar que le pueda ayudar. Lleva más de un año con las gafas rotas y cada dos por tres se las tiene que arreglar con esparadrapo. Su precaria situación económica le impide adquirir unas gafas nuevas y con la pequeña prestación económica que percibe sólo le da para pagar la residencia donde vive. Con 100€ Antonio podría conseguir unas gafas nuevas.